viernes, marzo 20, 2009

De cómo se escribe un diario (Parte 5)


V. Cara al sol.  Se sirve otro whisky y se sienta al escritorio, es hora de escribir. Alzar la cara al sol del amanecer y enfrentar la realidad. La memoria no falla, incluso ahora, ahogado en lo que pasó, es capaz de percibir el perfume que K usaba esa noche, recuerda claramente que aún tenía el olor impregnado en las manos cuando llegó a casa y que como adolescente idiota pensó en no lavarse la mano nunca más. Respira profundo para conjurar el aroma, la sensación, el perfume; no hay mejor memoria que el olfato. Al fin escribe mientras el cigarro se consume en el cenicero sin que lo toque otra vez.


06 de Diciembre


Wie träume flihen die wärmste Küsse, und alle Freude wie ein Küss. Como sueño escapa el beso tibio y toda felicidad como un beso.


Anoche tuve un sueño, de esos en que uno desearía no despertar. Anoche, durante un sueño, conocí a la mujer más hermosa y extraña que haya visto jamás. Ojalá pudiera uno fotografiar sus sueños como yo la fotografié a ella. En los instantes que duró la noche me enamoré de ti, sin nombre, hasta que supe inventarte uno. Me enamoré de tu tristeza, de tu venganza, de tu fuerza, de tus ojos y de todo el resto. Me enamoré del hecho de no volverte a ver. Soñé contigo una noche y eso es todo. Conforme pase el tiempo iré olvidando uno a uno los detalles de tu cuerpo y no quedará nada de ti, salvo mi tristeza, la sensación de haber perdido lo que nunca tuve. Nada salvo la nostalgia, la explosión y el choque de mi corazón que volvió a latir. Así fuera en sueños. Quedará la herida que me hice en sueños, acaso mordiéndome el labio. Quedará la esperanza, porque si pude soñarte, acaso podré encontrarte de nuevo en la vida verdadera, de carne y hueso, a plena luz y de cara al sol. Acaso entonces no desaparecerás con el primer rayo de luz en la mañana. Mientras tanto, serás mi eterno imposible, mi Maga, mi Elena. La que nunca estará a mi lado, la que arde con tanta fuerza que no dura. Serás la de mis sueños. Y un día, si mis palabras te alcanzan a través del tiempo y de mi renuncia, creerás acaso que te quiero, porque también en sueños y sin futuro, uno se enamora. O sólo en sueños. Vete, pues. Vuelve al olvido, a la nada. Que tu beso se me olvide como un sueño al despertar. Y que toda mi felicidad se extinga y arda en ese beso. Adiós.


Quema la fotografía, la ilusión y la esperanza. Los sueños, sueños son. Nadie sabrá nunca que Karina existe, y que él la amó y la perdió en la misma noche, en el momento mismo de conocerla. Nadie sabrá que la estará esperando por el resto de sus días. Ni siquiera ella.



Erick Miranda Valero

19 a 27 de Enero de 2009

En las madrugadas.

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