jueves, enero 30, 2020

Estaciones 2019

Si tuviese que nominar el libro del año, no podría elegir entre estos dos. Los dos libros fueron clave en las semanas que siguieron a mi cirugía del año pasado. Ya lo he dicho antes, los libros, como los amigos, llegan a tiempo.


De manera más objetiva y escandalosa, tendría que recomendar este, como un libro que hay que leer. Sin falta. De manera seria, con mente abierta. Con ganas de preguntarse si algo en este mundo puede defenderse.


Pocas cosas disfruto más que hablar de libros, y cuando se trata de libros memorables, me gusta más. Así que, a la manera de Maimónides y para los perplejos que todavía no saben qué leer a continuación, para los que entran a la librería sin una carta de navegación o a la biblioteca echando en falta un mapa, para los curiosos y amigos, aquí van las recomendaciones basadas en la experiencia lectora de 2019. Veintisiete bellas postales de un viaje entre 119 libros, que comparto con la esperanza de que sean pretexto de muchas y felices lecturas, conversaciones, amistades, encuentros...

1. Andersson, Lena. Apropiación indebida. Una novela sobre el amor. Una historia breve sobre el modo en que el apego se confunde con el amor cuando faltamos a la verdad ante nosotros mismos.

2. Despentes, Virginie. Teoría King Kong. Para quienes hemos tenido bastante de la moral del esclavo, ella demuestra que no es preciso convencer al resto de la humanidad de su maldad para recuperar el control de nuestras vidas.

3. Dumas, Alexandre. El conde de Montecristo. Una de las mejores novelas que se hayan escrito. Es preciso leerlo más de una vez, en diferentes etapas de la vida. Nadie que se haya perdido el Conde de Montecristo puede decir que ha vivido.

4. Giglioli, Danielle. Crítica de la víctima. Una visión clara y refrescante del modo en que los oportunistas usan a las víctimas y hacen cómplice a las buenas conciencias de atroces idioteces. Un ensayo imperdible, necesario.

5. Guardini, Romano. La muerte de Sócrates. Una lectura guiada de los primeros diálogos platónicos. Pero tenemos un guía con sensibilidad estética, fibra moral y experiencia de la vida. Este libro bastaría para sustituir a muchos maestros que recuerdo y de los que he oído. Acaso no odiaríamos tanto los diálogos si nos guiaran de este modo.

6. Houellebecq, Michel. Serotonina. Una novela al más puro estilo del nihilista francés. El sentido de la vida no existe. Ninguna acción es justificable. Ningún dolor pasa de ilusión. Y al final no tenemos hígado para nada.

7. Hugo, Victor. Nuestra Señora de París. Ya sé, siempre meto a Hugo en todo. Pero es que es un genio. Escribí sobre mi último encuentro con esta novela hace poco. Las ilustraciones de Benjamin Lacombe en la edición de Edelvives, aportan mucho al texto, lo juro.

8. Ignatieff, Michel. Las virtudes cotidianas. Orden moral en un mundo dividido. Una reflexión seria sobre las limitadas posibilidades de cambiar el mundo con discursos ideales que se traducen en acciones poco atinadas. Especialmente, el lenguaje de los “derechos humanos”.

9. Kasishke, Laura. Una noche de invierno. Esta novela comprime sobre sus breves páginas todos los géneros posibles: es thriller, es historia de horror, es bildungsroman, es historia de amor y negación. Inolvidable. Con final inesperado, doloroso.

10. Kierkegaard, Søren. O lo uno o lo otro. Un fragmento de vida. La obra cumbre de Kierkegaard según los expertos. Desde dos posturas opuestas busca darle sentido a la vida sin usar muletas ideológicas: la única verdad viene de uno mismo en la desesperación. ¿Hay belleza en una vida buena? ¿Hay bondad en una vida bella?

11. Kierkegaard, Søren. Temor y temblor. Esta breve reflexión sobre ética y fe es un libro de esos a los que siempre regreso, que se va transformando con cada lectura. Esta vez, se queda conmigo la manera excepcional en que desestima todas las fundamentaciones éticas que derivan de una doctrina y nos pone ante el problema existencial básico. Si nadie pudiese entender lo que hacemos, si no pudiésemos explicarlo, si aún explicándolo fuésemos rechazados, ¿seremos capaces de considerar que fue una buena acción? Si, y sólo si la respuesta es afirmativa, estamos ante una buena acción. Puede leerse en diálogo con Forbidden de Tabitha Suzuma, que aparece más abajo en la lista.

12. King, Stephen. The Library Policeman. Esta novela corta que se encuentra en la colección Four Past Midnight tiene la descripción más descarnada, precisa y dolorosa del modo en que las convenciones sociales, la buena educación y tantas cosas que parecen normales o buenas son la mejor arma que ponemos en manos de los pederastas.

13. Macintyre, Alasdair. Historia de la ética. Una mirada clara, crítica y seria sobre las ideas históricamente relevantes sobre la ética. Suena aburrido, lo sé. Pero es tan bueno que una noche, en el metro, un sujeto reconoció el libro en mis manos, se acercó emocionado, cantó sus loas y se fue sonriendo. El mero recuerdo de este libro lo hizo emocionarse. Y eso que es una historia de la ética.

14. Pinker, Steven. Enlightenment Now. El ensayo extenso hace la guerra a esta moda de confundir el saber con la creencia, suponer que todas las opiniones son igualmente válidas y ceder ante interpretaciones milenaristas o conspiracionistas de la realidad. Un llamado a la sensatez, la razón y el pensamiento claro.

15. Rilke, Rainer M. Das Stunden Buch. Es difícil describir un libro de poesía. Los que lo han intentado, dicen que esta es una colección de poemas de amor a Dios. Pero es un amor romántico, carnal, deseante, desamparado.

16. Rilke, Rainer M. Das Buch der Bilder. Aquí, por decirlo de algún modo, el tema central de la poesía es hacer con palabras lo que Rodin hacía con esculturas. Dominar con una impresión a quien lee y provocarlo con una imagen casi superficial a pensamientos más profundos.

17. Rilke, Rainer. Die Weise von Liebe und Tod des Cornets Christoph Rilke. Poema narrativo corto sobre las esperanzas, aventuras y muerte de un joven soldado y su mejor amigo. Todo el furor romántico de celebrar una vida de soldado está aquí, pero también toda la desilusión de esa misma vida vivida.

18. Roiphe, Katie. Still She Haunts Me. Esta novela explora la vida de Lewis Carroll, y especula sobre la relación con la Alicia de carne y hueso. Un ejercicio interesante de memoria, poesía y ficción.

19. Sacks, Oliver. Awakenings. Una suma de historiales clínicos y reflexiones sobre la medicina, las curas milagrosas, la vida interior, la esperanza. Hay versión cinematográfica con Robert de Niro.

20. Sacks, Oliver. A Leg to Stand On. La memoria del doctor cuando fue paciente. Un toro le desgració la pierna mientras hacía montañismo. Casi se muere de frío, hambre, etc. Y aunque físicamente sana, su cerebro le hace una sucia jugada. La prisa y la incomprensión del sistema médico son dolorosas. El mensaje es claro: tenemos que aprender a creer en el dolor ajeno.

21. Suzuma, Tabitha. Forbidden. Una historia de amor familiar que pone en duda todas las certezas morales en las que creemos por inercia. Además de una historia bien narrada y cuidadosamente construida, se trata de un sutil argumento moral que nos deja con más preguntas que respuestas. Difícil de conseguir, pero vale la pena. Para apreciar y entender las preguntas que plantea Suzuma, una buena ayuda puede ser Temor y temblor de Kierkegaard.

22. Tallent, Gabriel. My Absolute Darling. La violencia empieza en las primeras páginas. Describirla sería traicionar la intención del autor, pero nos advierte: esto no va a terminar bien. Para nadie. Una historia dolorosa, de supervivencia desesperada en todos los frentes. Deja en claro las cicatrices físicas y emocionales de cada instancia y cada persona a las que es preciso sobrevivir. Sobrevivir por quienes amamos. A quienes amamos.

23. Tavares, Gonçalo. Una niña está perdida en su siglo en busca de su padre. Sobre esta bellísima novela escribí largo hace unos meses. No cabe en unas líneas, su belleza y su profundidad, no pueden resumirse.

24. Verne, Julio. Un drama en los aires. Una novela corta, casi un cuento, sobre el estrecho parentesco entre el compromiso científico y la locura. Verne demuestra que no le tiembla la mano para explorar todas las posibilidades de una noble aspiración.

25. Verne, Julio. Martín Paz. Otra historia breve en que Verne demuestra su valor como narrador al poner de cabeza y tirar a la basura las convenciones usuales de la novela de aventuras.

26. Vicens, Josefina. El libro vacío. Casi siempre se dice que es una novela sobre el acto de escribir. Creo que va mucho más allá. La vida vacía con ambiciones, la ambición vacía mientras uno está vivo. Vicens salva a la “literatura mexicana”.

27. Vicens, Josefina. Los años falsos. En mi opinión, la mejor de sus dos novelas, explora el problema de la identidad; las trampas, nostalgias heridas y limitaciones en ese trabajo inevitable que es llegar a ser uno mismo.



Nota: Sí amigos, las “comillas” las uso para hacer uso irónico de la frase entrecomillada. Es que esas cosas son un contrasentido en su enunciación.