miércoles, marzo 14, 2007

Brugge, Belgique

―Brugge, desde la Torre del Campanario―

Brujas fue la última escala de mi viaje por Europa. Llegué por la noche, cuando la ciudad parecía más un pueblo fantasma que un centro turístico. Sus calles, cubiertas de una solitaria penumbra, invitaban a la vagancia, a la reflexión que sólo la soledad otorga. La arquitectura medieval, unida a la ausencia absoluta de automóviles me transportó a una de tantas historias de ciudades, caballeros y aventuras.

Esa noche preciosa, estrellada y pura, fue también escenario de una de las experiencias más absurdas que he tenido en la vida. Como ya es pasado y, con franqueza, me parece estúpido buscar palabras nuevas para algo así, sólo trascribo aquí el fragmento correspondiente de mi diario de viaje, censuro el nombre, no vaya a resultar ofensivo pero...

"Me arrepiento un poco de no haber volteado a mirar la cara de Ixxxxe mientras me seguía por las calles desiertas haciendo reproches que acaso estuvieran bien para un novio o algún sirviente pero que a mí me parecían hilarantes. No hagas berrinche, detente y habla conmigo; cosas así. Habla, le dije, que yo busco un hotel.

Apresuró el paso y me sujetó la maleta. Yo no sé por qué o en qué modo, le parecía una buena idea. Acaso no pensaba, acaso creyó que su fuerza o su condición me obligarían a detenerme y escuchar sus necedades. Le tomé la mano, la obligué a soltar la maleta y le dije “no me provoques, niña”. Nunca entenderé por qué la gente busca la violencia con tanto ahínco, con tan poca conciencia de las consecuencias, es como escupir al cielo. Querer detener a un hombre que camina para que haga lo que quieres. En fin. El acto idiota de autoridad me enfadó, caminé más aprisa y llegué a una plaza donde me senté a fumar un cigarro y a mirar el mapa. Lo hacía, claro, por ocio, sin sentido, no había manera de ubicarme sin ver los nombres de las calles. Pero Ixxxxe que me seguía como perro pateado, me invitaba casi al jolgorio, al jugueteo tonto de poner cara seria y pretender que estaba perdido aunque estábamos rodeados de hoteles. Curioso, me detuve como ella quería y no dijo una palabra. Había hoteles de todo tipo, de lujo y no tanto pero no dijo nada. Supongo que aún intentaba entender el hecho de que un ser humano la plantara.

Me cansé del juego y me metí al hotel a mis espaldas, pedí una habitación, ella corrigió que para dos, yo le repetí al encargado, para uno. Ella pidió otra. Claro, el hotel no le gustó porque también tenía baño compartido. Se fue a buscar otro no sin antes preguntar a qué hora nos veíamos para reservar el tren. Le expliqué que ahí el desayuno era de ocho a diez y que ahí estaría desayunando. Te veo a las ocho, dijo y se fue... ¡Santa Libertad!"


Este desenlace me pareció hilarante y, además, un bonito modo de ponerle punto final a una historia de parasitosis autoinflingida. Brujas me estaba esperando y no tardé más de diez minutos en lanzar las maletas a la habitación y estar, de nuevo en la calle, bajo la lluvia nocturna, admirando la ciudad vacía, donde no había otros pasos que los míos y sólo mis ojos recorrían la piedra de los impresionantes edificios.

―Brugge, bajo la lluvia―


Llovía. Las gotas pequeñas y constantes transformaban la iluminación nocturna en un fuego fatuo que cubría las catedrales y los árboles. Pasé un buen rato vagando, perdiendo mi imagen en la negrura de los canales que distinguen a la ciudad y, cuando estuve cansado, volví al hotel.

La noche del primer día del año era joven. Trabé amistad con unos Kosovares muy agradables. Terminamos otra vez en la lluvia, camino de un Irish Pub en el que acompañados de una Corona para ellos y una Pilsner para mí, me contaron algunas experiencias de su escape contradictorio del sitio que consideran su hogar, en el que no es posible vivir. Cada uno hizo un peregrinaje distinto por Europa, todos dejamos atrás amores, todos tenemos la esperanza de que alguien nos espera. El hogar puede ser eso, la sonrisa que espera al final del camino. Quizá no sea un sitio, sino el sentimiento de espera, de bienvenida.
―Los Hospitalarios (¿El hogar?)―

La tragedia de los Kosovares también tuvo su lugar en mi diario:

"Estábamos en la calle, bajo la lluvia, hablando de mujeres y países, mientras su amigo hablaba con una muchacha que, según explicó mi interlocutor, tenía 14 años y quería acostarse con aquél, pero el seducido no estaba dispuesto a hacerlo por la edad. Me explicó que así eran las cosas en Brujas, la gente follaba con menores, la lluvia caía todo el tiempo como en Londres y la vida era aburrida".



La mañana nublada y cubierta por una lluvia inconstante llamaba a la nostalgia. Mientras desayunaba vi a una mujer, que la noche anterior estaba ebria y dormida en la barra del Pub, pasar a mi hotel a recoger a su hijo que la veía como si fuera una aparición del más allá.

Las colecciones de pintura en los museos de Brujas, cuyos nombres son impronunciables y de difícil transcripción son impresionantes. Hice un recorrido pictórico desde principios de la Edad Media, hasta los absurdos e inútiles esfuerzos de la “posmodernidad”. Brujas era la ciudad de ensueño, donde me fue imposible sentirme intranquilo, donde se encuentra el símbolo de todo lo que me gusta y respeto.

La ciudad es cosmopolita igual que su gente, no me topé con nadie que no hablara, por lo menos Alemán e Inglés y Francés además del dialecto Flamenco de Brujas. La comida, mezcla de todas las tradiciones y latitudes es deliciosa; el arte de hacer chocolate, transformado y perfeccionado en Bélgica tiene también un lugar especial en Brujas, son muchas las boutiques de Pralinette, cada una con su especialidad y su toque particular.


En Brujas, respiré tranquilo, estaba justo debajo del sitio donde el cielo se abre y la luz llena a la tierra...


Miércoles, 14 de Marzo de 2007
11:42 Hrs.

13 comentarios:

Verónica Tapia dijo...

Mexicano..que te puedo decir?

que fastidio con tu acompañante.. =P

y que MARAVILLA ese lugar...es que Europa.. (suspiro)..

algun dia*

Judith Pedroza dijo...

"Todos tenemos la esperanza de que alguien nos espera. El hogar puede ser eso, la sonrisa que espera al final del camino"

Nuestro problema es que aspiramos, pero siempre hay sonrisas bonitas que admirar, que románticos...

Espero conocerlo algún día señor

tu.politóloga.favorita dijo...

Hermoso lugar!!

Alma dijo...

Dichosos sus ojos que ven tanta hermosura.

Sofía dijo...

changos. No he hecho la segunda parte de la lista de los blogs que visité porque ya todos tienen cosas nuevas, incluido el tuyo. Tengo que volver a entrar a todos y actualizarme, pero no he tenido tiempo. Sucederá pronto. :)

RadikalGirl dijo...

espectacular!!!...desde que veo tu blog he seguido atentamente tu paso por Europa!!! y lo único que pasa es que quedo maravillada...tantas experiencias, tanto que ver, tanto que vivir, tanto por escribir!!!...en un viaje asi como el tuyo hasta lo malo vale la pena recordar!!!...

saludos...y tu que dices que no sabes vivir...jeje...y a todas estas..acaso alguien sabe?...

see u around!!

Anónimo dijo...

...Suele suceder..siempre hay alguien que te puede hacer pasar un mal rato, no importa en que latitud te encuentres, siempre habrá un mal berrinche; pero lo absurdo debió pasar pronto tras caminar en esas calles húmedas y frías, llenas de ese olor que trae la lluvia...
Brujas es un lugar suspendido en el tiempo, y parece salido de un cuento...

Si un día organizas un viaje a Europa, entre puros cuates,que vayan sin sus respectivos "látigos", (por aquello de evitar los berrinches sin sentido, y para disfrutar a gusto), yo me apunto!!..Digo, si me invitas..claro!!...

Marifé dijo...

Quue fantastico es conocer poco a poco europa en tu blog!...

anda,para el próximo me llevas...

si?

Joan War dijo...

jajaj brujas me gano! y bieen que puedo decir? me gusta viajar contigo!

Erick dijo...

Nykka: Jaja un día te presento a mi acompañante para que me entiendas un poco más! Jaja

Jude: Justo hace unos minutos, en una foto, adiviné una bonita sonrisa. Una de esas que hacen que valga la pena haber llegado hasta aquí. Para mí será un placer conocerte.

Mi favorita: En verdad, hermoso como pocos.

Alma: Gracias!

Sofía: No hay prisa, me basta si tú me lees, me siento afortunado.

RadikalGirl: Se siente bien saber que, aunque retrospectiva, tuve buena compañía cuando estuve lejos. Gracias por acompañarme en este viaje.

Candi:Pues sí, no dura el mal sabir de boca cuando uno está rodeado de belleza. Creo que para el próximo viaje, haré una convocatoria abierta, serás bienvenida!

Muñeca: Me daría gusto contar con tan buena compañía!

Joan: Gracias, me gusta que viajes conmigo!

Judith Pedroza dijo...

Ested diga cuando, yo estoy en transito en el DF, ponga fecha y lugar,nada más que sea en fin de semana...

:..[_ Eva _]..: dijo...

mmm interesante lugar
parece algo mistico de la manera que lo cuentas.
me gustaria recorrerlo en un dia de otoño.

Erick dijo...

Eva: Si, se siente místico, todo fue como una experiencia extracorpórea. El otoño es hermoso para viajar, el cambio de las estaciones es mucho más visible y hermoso en Europa.