Si tuviese que nominar el libro del año, sería este:
Para quienes busquen más de lo mejor:
Ecos del viaje que dura una vuelta en torno al Sol y que explora tantos libros como mundos se leen, algunos sitios quedan en la memoria. Planes distantes de retorno, inspiraciones para la reflexión, destellos de ilusiones olvidadas. Aquí comparto esos lugares ausentes y tiempos abstractos que, desde los libros, nos invitan a viajar, cambiar de perspectiva, de cuerpo y de realidad.
Estas son las joyas que me dejó el 2017, dieciocho postales de viaje que comparto con gusto y cuya lectura recomiendo por todo lo alto:
1. Ámery, Jean. At the Mind’s Limits. Esta colección de ensayos aborda el problema de Auschwitz de forma directa, objetiva, casi podría decirse, nihilista. Con honestidad brutal, Ámery desglosa la experiencia del campo de concentración sin apelar a la anécdota ni a la fe; es un filósofo que demuestra que no hay nada inhumano o irracional en la Endlösung, acaso lo contrario.
2. Ámery, Jean. Levantar la mano sobre uno mismo. Una dolorosa y esclarecedora colección de ensayos en torno al suicidio. Más allá del lugar común sobre la locura, Ámery explica la relación que existe entre suicidio y libertad, autodeterminación, vida. Y predicó con el ejemplo, detalle interesante si se piensa que casi todos los libros sobre el suicidio están escritos por quienes ni lo han contemplado, ni lo ejecutaron nunca.
3. Davidson, Andrew. The Gargoyle. Una de mis novelas favoritas de todos los tiempos, que descubrí por casualidad en un aeropuerto. Una historia de amor puro, que sobrevive a la deformidad, al accidente y al tiempo. En idiomas, momentos históricos y registros dramáticos diferentes, es una novela lírica y decadente que es muchas.
4. Dazai, Osamu. No longer human. Desgarradora novela de juventud y madurez que explora —ya que explicarla es imposible— esa tan familiar sensación de merecer nada y estar ausente del propio cuerpo. La exasperación de una vida que se niega a reconocerse como tal. Triste, como todo lo que es bello.
5. Gander, Forrest. Como amigo. Esta novela corta sigue de cerca a un personaje carismático y a quien el amor se le da fácil. La narración en forma de documental cinematográfico agrega una dimensión fresca a la historia. Y las reflexiones melancólicas, profundas y maravillosas del protagonista, en contraste crean un efecto memorable y enternecedor.
6. Giordano, Paolo. Como de la familia. La tercera novela del niño prodigio de la literatura italiana, ofrece una historia íntima y familiar en torno a la soledad, el amor y la muerte. La costumbre y la circunstancia parecen la materia prima con la que tejemos y destejemos los afectos...
7. Hawkings, Paula. The Girl in the Train. Excelente thriller con su final inesperado. Supongo que a estas alturas todo el mundo habrá visto la película. De la lectura de este libro a principios de año se me ha ocurrido la idea de que escribir terror en nuestros días parece estar vinculado con historias como la que aquí se narra. Ya lo desarrollaré, espero.
8. Hogg, James. The Private Memoirs and Confessions of a Justified Sinner. En partes iguales se trata de una pieza de horror gótico y una exploración en torno a la conciencia ética y al modo en que cualquier credo, por bello o inspirador que sea, también puede convertirse en una caricatura cruel de todos sus ideales.
9. Hugo, Victor. Nuestra Señora de París. No es que lo necesite, pero una escena basta para justificar todo este libro: la loca encerrada en su celda, su desesperación, su historia, su final. Y como esa muchas. Hay que leer a Hugo.
10. Kawakami, Hiromi. Los amores de Nishino. De este texto hermoso y plural ya he dicho suficiente acá.
11. LeGuin, Ursula K. The Left Hand of Darkness. Uno de los clásicos de la ciencia ficción. Opera como un experimento mental sobre una forma enteramente distinta de ser, de percibir el mundo, de amar. La autora opina sobre la premisa de esta novela que: “Almost anything carried to its logical extreme becomes depressing, if not carcinogenic”.
12. Lemaitre, Pierre. Vestido de novia. El thriller más escalofriante e inesperado que haya leído en años. Decir algo sobre la historia es arruinarla. Pero ninguna recomendación es excesiva. Lemaitre vino a redimir al género. Camina y escribe entre nosotros.
13. Oé, Kenzaburo. Una cuestión personal. Propongo una frase de este maravilloso libro para describirlo: “En esta época que nos ha tocado, resulta difícil afirmar que haber vivido es mejor que no haberlo hecho”.
14. Orwell, George. 1984. Es poco o nada lo que yo pudiera agregar sobre esta novela distópica. Mis dos centavos: debe pensarse en cada personaje y cada diálogo como un ejercicio más o menos efectivo de doublethink; esto enriquece al texto. Por otra parte, me encanta la visión paradójica del libre albedrío en este texto. No podías escoger otra cosa, eso debería calmar la culpa, pero Orwell logra que esa falta de opción sea más horrible e incriminatoria.
15. Ramachandran, V. S. Phantoms in the Brain. Una maravillosa exploración del dolor fantasma, la locura, la conciencia y el sistema nervioso. Un texto maravilloso que, sin perder el rigor, a veces se lee como filosofía y a veces uno siente que es ficción.
16. Rushdie, Salman. Dos años, ocho meses y veintiocho noches. Un fantástico relato apocalíptico lleno de belleza, folklore y buena prosa. Es un texto festivo y profundo que, en medio de la sonrisa, puede llamar a penosas reflexiones.
17. Vermes, Timur. Look Who’s Back. Por razones que no van a explicarnos, Hitler aparece en el Berlín de nuestros días. Sigue una maravillosa comedia de errores, burlas y veras que demuestra, desoladoramente, lo cerca que estamos de pensar como el satanizado líder alemán.
18. Walser, Robert. Jakob von Gunten. Una fascinante Bildungsroman que sigue las experiencias de un joven que, bajo la suposición de que la vida está en otra parte, abandona la vida acomodada y se enrola en un internado. Un personaje memorable que, en el metafórico fin del mundo, encuentra la tan necesaria manera de construir otro. Acaso sea verdad que la vida está en otra parte.
Estas son las joyas que me dejó el 2017, dieciocho postales de viaje que comparto con gusto y cuya lectura recomiendo por todo lo alto:
1. Ámery, Jean. At the Mind’s Limits. Esta colección de ensayos aborda el problema de Auschwitz de forma directa, objetiva, casi podría decirse, nihilista. Con honestidad brutal, Ámery desglosa la experiencia del campo de concentración sin apelar a la anécdota ni a la fe; es un filósofo que demuestra que no hay nada inhumano o irracional en la Endlösung, acaso lo contrario.
2. Ámery, Jean. Levantar la mano sobre uno mismo. Una dolorosa y esclarecedora colección de ensayos en torno al suicidio. Más allá del lugar común sobre la locura, Ámery explica la relación que existe entre suicidio y libertad, autodeterminación, vida. Y predicó con el ejemplo, detalle interesante si se piensa que casi todos los libros sobre el suicidio están escritos por quienes ni lo han contemplado, ni lo ejecutaron nunca.
3. Davidson, Andrew. The Gargoyle. Una de mis novelas favoritas de todos los tiempos, que descubrí por casualidad en un aeropuerto. Una historia de amor puro, que sobrevive a la deformidad, al accidente y al tiempo. En idiomas, momentos históricos y registros dramáticos diferentes, es una novela lírica y decadente que es muchas.
4. Dazai, Osamu. No longer human. Desgarradora novela de juventud y madurez que explora —ya que explicarla es imposible— esa tan familiar sensación de merecer nada y estar ausente del propio cuerpo. La exasperación de una vida que se niega a reconocerse como tal. Triste, como todo lo que es bello.
5. Gander, Forrest. Como amigo. Esta novela corta sigue de cerca a un personaje carismático y a quien el amor se le da fácil. La narración en forma de documental cinematográfico agrega una dimensión fresca a la historia. Y las reflexiones melancólicas, profundas y maravillosas del protagonista, en contraste crean un efecto memorable y enternecedor.
6. Giordano, Paolo. Como de la familia. La tercera novela del niño prodigio de la literatura italiana, ofrece una historia íntima y familiar en torno a la soledad, el amor y la muerte. La costumbre y la circunstancia parecen la materia prima con la que tejemos y destejemos los afectos...
7. Hawkings, Paula. The Girl in the Train. Excelente thriller con su final inesperado. Supongo que a estas alturas todo el mundo habrá visto la película. De la lectura de este libro a principios de año se me ha ocurrido la idea de que escribir terror en nuestros días parece estar vinculado con historias como la que aquí se narra. Ya lo desarrollaré, espero.
8. Hogg, James. The Private Memoirs and Confessions of a Justified Sinner. En partes iguales se trata de una pieza de horror gótico y una exploración en torno a la conciencia ética y al modo en que cualquier credo, por bello o inspirador que sea, también puede convertirse en una caricatura cruel de todos sus ideales.
9. Hugo, Victor. Nuestra Señora de París. No es que lo necesite, pero una escena basta para justificar todo este libro: la loca encerrada en su celda, su desesperación, su historia, su final. Y como esa muchas. Hay que leer a Hugo.
10. Kawakami, Hiromi. Los amores de Nishino. De este texto hermoso y plural ya he dicho suficiente acá.
11. LeGuin, Ursula K. The Left Hand of Darkness. Uno de los clásicos de la ciencia ficción. Opera como un experimento mental sobre una forma enteramente distinta de ser, de percibir el mundo, de amar. La autora opina sobre la premisa de esta novela que: “Almost anything carried to its logical extreme becomes depressing, if not carcinogenic”.
12. Lemaitre, Pierre. Vestido de novia. El thriller más escalofriante e inesperado que haya leído en años. Decir algo sobre la historia es arruinarla. Pero ninguna recomendación es excesiva. Lemaitre vino a redimir al género. Camina y escribe entre nosotros.
13. Oé, Kenzaburo. Una cuestión personal. Propongo una frase de este maravilloso libro para describirlo: “En esta época que nos ha tocado, resulta difícil afirmar que haber vivido es mejor que no haberlo hecho”.
14. Orwell, George. 1984. Es poco o nada lo que yo pudiera agregar sobre esta novela distópica. Mis dos centavos: debe pensarse en cada personaje y cada diálogo como un ejercicio más o menos efectivo de doublethink; esto enriquece al texto. Por otra parte, me encanta la visión paradójica del libre albedrío en este texto. No podías escoger otra cosa, eso debería calmar la culpa, pero Orwell logra que esa falta de opción sea más horrible e incriminatoria.
15. Ramachandran, V. S. Phantoms in the Brain. Una maravillosa exploración del dolor fantasma, la locura, la conciencia y el sistema nervioso. Un texto maravilloso que, sin perder el rigor, a veces se lee como filosofía y a veces uno siente que es ficción.
16. Rushdie, Salman. Dos años, ocho meses y veintiocho noches. Un fantástico relato apocalíptico lleno de belleza, folklore y buena prosa. Es un texto festivo y profundo que, en medio de la sonrisa, puede llamar a penosas reflexiones.
17. Vermes, Timur. Look Who’s Back. Por razones que no van a explicarnos, Hitler aparece en el Berlín de nuestros días. Sigue una maravillosa comedia de errores, burlas y veras que demuestra, desoladoramente, lo cerca que estamos de pensar como el satanizado líder alemán.
18. Walser, Robert. Jakob von Gunten. Una fascinante Bildungsroman que sigue las experiencias de un joven que, bajo la suposición de que la vida está en otra parte, abandona la vida acomodada y se enrola en un internado. Un personaje memorable que, en el metafórico fin del mundo, encuentra la tan necesaria manera de construir otro. Acaso sea verdad que la vida está en otra parte.
— Urizen. William Blake —
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