La diversidad de mis actividades laborales es más un beneficio que una interferencia para mi vocación literaria. Creo que todo acto creativo encuentra su base, en una u otra forma, sobre la realidad y la experiencia; sólo quienes han vivido y han reflexionado sobre su principio y sus metas, pueden ser creativos. La torre de marfil puede ser la peor decisión que tome un artista en tanto las ideas sólo existen al comunicarse. Si se pierde el contacto entre artista y realidad, el arte se borra por consecuencia. Me gusta pensar que la diversidad de mis actividades, al multiplicar mi experiencia vital, apoyan mi capacidad creativa y reflexiva.
Así por ejemplo, desempeñarme como maestro, me obliga a mantener siempre la disciplina del estudio y la reflexión, a buscar el uso más simple del lenguaje para impartir la clase y, además, me ofrece el contacto con muchas personas, cada una de las cuales es un mundo y, un personaje de la vida. Lo mismo puede decirse del litigio; cada uno de los pequeños o grandes dramas de los que me hago parte, me ofrecen un nuevo punto de vista sobre el mundo que me rodea. Todas las personas que se ven obligadas a recurrir a un abogado asumen un papel en el mundo y actúan conforme a él: desamparados, autosuficientes, triunfadores, estafadores, inocentes, vencidos... Cada uno es un atisbo más del hombre y, como tal, de lo que me hace ser. Cuando me vendo como corrector de estilo o redactor, cada encargo es un reto y otro paso en el aprendizaje. Aprender a usar las palabras para que digan lo que deseo y aprender a usar el lenguaje correctamente, me ayudan a escribir mejor cuando lo hago para mí.
La guerra del tiempo, sin embargo, puede ser cruel. Más a menudo de lo que me gustaría, las obligaciones profesionales que contraigo disminuyen mi capacidad de apartarme un rato a escribir, de disponer del tiempo a mi entero arbitrio pero, hasta ahora, he sabido mantener la disciplina y escribir todos los días.
Por último, debo confesar que la razón por la que escogí como profesión la abogacía, fue para tener un ingreso seguro y estabilidad en mi forma de vida. No me arrepiento de tal decisión. La ausencia de preocupaciones por el ingreso o por la manera en que subsistiré el siguiente día, me permite sentarme a escribir con un espíritu más libre. Al fin y al cabo, primero se come y luego se piensa. Con mi trabajo he aprendido mucho y, gracias a sus frutos, he podido viajar y conocer maneras distintas de pensar y de vivir. Mi trabajo me fija los pies en la tierra y me permite abrir las alas de la imaginación.
9 comentarios:
Es agradable saber qué bien plantado estás en tu trabajo y tu vocación. Respondes muy bien a tu pregunta aunque por ahí se miran algunos restos de inseguridad o inconformidad. Espero que sea sólo imaginación mía. Cuéntame más sobre tu trabajo como corrector de estilo. Me interesa. ¿Y eso de las clases? Cómo y cuándo las das. Yo renuncié a ser profesora, me estaba estancando, ya no podría avanzar. Me estaba perdiendo a mí misma. Me encanta dar clases pero por ahora llevo 3 meses sin ellas y estoy bien.
Un abrazo.
Muy bien dicho (o escrito)
Qué bueno que puedas converger tus labores con lo que más te gusta hacer...
---------
Creo que la literatura es eso:
"Abrir las alas de la imaginación".
...fue así como Kafka logró que Gregorio Samsa en ¿escarabajo?
Lee esto
hola erick! gracias por visitarme y dejarme tus comentarios :), me gusta la pregunta q respondiste, y me gusta tu respuesta, primero se come y luego se piensa. Para mí es ser responsable y disfrutar plenamente de lo que te llena, escribir :), cuando estás feliz con lo que haces la imaginación se vuelve un arcoiris de emociones.
el trabajo quizas resta tiempo libre pero a los escritores cada experiencia de la vida nos deberia servir como inspiracion. ademas tus escritos tienen muy buena calidad.
saludos
Bueh, pero es que también estamos los que trabajamos en cualquier cosa que esté de medio bien a bien pagada, nomás para quitarse eso de la preocupación económica, aunque no sea nada chic ni dé status. Yo contesto el teléfono (hago más que eso, pero amo decirlo así), y lo paso muy bien con todo el tiempo que me deja libre y la nula presión que me genera, sobre todo en eso de que podría generarme bloqueos en lo, je, literario, je. Pero ps también se le puede ver desde la perspectiva que tú lo pones, que fije los pies en la tierra para... Bueno que no te arrepientas. Salús.
Para que un trabajo no interfiera con la vocacion de uno, uno escoge trabajar en su vocación...claro que si lo de uno es lo meramente artístico, pues puede irse olvidando de la otra boca...pues generalmente un artista se muere de hambre, y comienza a pensar en viceversa...¿que hacer cuando la vocación de artista, (ya sea literario o pintor, o mimo de la calle)interfiere con el salario...?
Por eso te felicito, pues has encontrado el camino a la felicidad...ser abogado y artista...eres como un shampoo 2 en 1...
..práctico..!!!
...por cierto...cojear...
no es lo mismo que cojer...
jajajaja....
o tu que crees?
Abogado/escritor. Interesante!
Comer y luego pensar, tienes toda la razón.
saludos!
Alma: Creo que es sólo imaginación tuya. Por lo demás no me gusta mucho haablar sobre algo tan aburrido y monótono como mis trabajos...
Marifé: Creo que fue en cucaracha, pero de cualquier manera, así fue.
Isa: Tienes razón, uno sólo escribe bien, cuando está feliz de hacerlo. Gracias a ti por visitarme y regresar!
Rosa: Gracias, me alegra que sean de tu agrado. Es difícil, tiempo para escribir vs. experiencia ¿no?
Andrómeda: Jeje, cada día es una batalla contra el arrepentimiento, no hay que permitirle nacer! Por lo demás, creo que es más chic contestar el teléfono que lo que yo hago ¿cambiamos?
Adriana: Además, quito la caspa y resuelvo otros males de vez en cuando. (Felicidades! Descubriste la errata oculta! La tenía ubicada y sólo la corregiría si alguen la veía y señalaba, pero ahora ya no puedo encontrarla... ¿puedes decirme dónde está?)
Mifavorita: Yo pondría primero al escritor pero igual es una cuestión de Jekill y Hyde...
Publicar un comentario