lunes, febrero 12, 2007

Roma, Italia

―Roma―



Roma fue una experiencia indescriptible. Como verdadera capital imperial, su existencia se sobrepone al tiempo y a la circunstancia; sus edificios y su historia encuentran la manera de introducirse debajo de la piel, de transformar en lo profundo al alma y al pensamiento.

Fue en Roma donde encontré la respuesta, o por lo menos, donde me sentí más cerca de la respuesta a la pregunta que hace meses dejé abierta. Respuesta que luego, a mi regreso, mi amiga Laura dejaría en mis oídos con una sencillez aterradora.


―El Coliseo Romano―

El Coliseo es majestuoso y aterrador. En el interior reina un extraño silencio, como un luto por toda la sangre que se derramó ahí. Hay una cruz en la entrada, tributo, supongo, a los mártires cristianos. Tuve que sentarme un rato a pensar y a sentir ese silencio demasiado profundo. Al mismo tiempo, me sentía rodeado de gritos de emoción, del choque de las armas y los gruñidos de las fieras. Es un tributo a la barbarie y a la muerte, pero también representa lo que, cómo género, podemos lograr desafiando al tiempo.

Son los dos sentimientos que hace meses me atormentan. Tener en mi alma, en mi historia y en mi cuerpo, los restos y las semilla de algo tan grandioso y tan abominable como es el hombre. Capaz de las crueldades impronunciables y de la belleza indecible.

Un grano de mostaza, un fragmento de algo que no puedo comprender. Pero mi vida, supongo, agregará algo a ese silencio. Agregará un eco de dolor y desesperación y alguna piedra, algún ornato para el gran edificio de la belleza. Pensar lo otro es más terrible; que no quedará nada de mí, que me voy borrando o desgastando con cada día que pasa hasta que no sea más que el olvido, es decir, ni siquiera un resto.

La misma sensación de barbarie y belleza, de alegría y miedo, me llenó cuando estuve frente a los restos de las chozas de Rómulo y Remo en el Palatino. Roma es el principio de mi historia y también, del fin de mi historia.



―Piazza San Pietro―


Pasé la navidad en el Vaticano, admirando la existencia de un misterio que creí antes y ahora ha dejado de tener sentido. Feliz de asistir a esa celebración donde el hombre pierde sentido y se transforma en un elemento nulo, donde intenta sumarse al todo sin renunciar a su existencia.


Todo ocurre como fuera del tiempo, lejos de la decadencia y de cualquier otro referencial. El puente o la barrera del latín nos une a todos y, como lengua muerta, separa lo que sucede en el rito del mundo, como un hechizo.


Las actividades de los fieles que esperan la misa de gallo son muy diversas. Algunos, nos sentamos o, de plano, acostamos junto a alguna columna de mármol. Se ven algunas banderas que pretenden unir paisanos, algunos coros improvisados de villancicos. El frío es insoportable pero, por un rato, no parece importarle a nadie. El frío golpea después, cuando termina la celebración y cada uno vuelve a lo que sea que le esté esperando.


―Las Cuatro Fuentes―


Por lo demás, Roma es el museo más grande que he visitado en la vida. Nunca me había encontrado con tal despliegue artístico y arqueológico. Sobre todo, Roma y su belleza, posee la capacidad de hacerme sentir, de relacionarse conmigo en formas en que, por ejemplo, el arte chino, no puede hacerlo. Será cuestión de la educación o la cultura pero así es. Roma fue un sueño hecho realidad, el reencuentro con las raíces.

El éxtasis de Santa Teresa, la Capilla Sixtina, las Habitaciones de Rafael, San Pedro, la Galería Borghesse, los Bernini en cada esquina, la Fontana de Trevi. Es imposible describir cada fragmento de la ciudad y explicar el impacto que causó en mí. Creo que sólo quien haya pisado Roma puede darse una idea de lo que significa. Sin embargo, yo viví la ciudad en una circunstancia especial: estaba desierta porque era 25 de Diciembre; salvo la Fontana de Trevi, todo parecía abandonado, era una ciudad fantasma. Sin transporte público, todo lo hice a pie y ojalá pueda repetirlo.

Tú irás conmigo, lo sé, los dioses tienen que apiadarse de mí, de nosotros, alguna vez.

Lunes, 12 de Febrero de 2007










7 comentarios:

Verónica Tapia dijo...

Amo tus fotos
amo como escribes
amo como DESCRIBES..

vos sois genial mexicanito!!!!

TE
QUIERO...!

BrujitaV3Ro dijo...

Por lo que veo, sigues disfrutando Europa. Y de la mejor manera: sintiendola y meditando con ella.
No dejes de seguir deleitandonos con tu viaje a aquellos que no hemos tenido el placer de pisar el viejo continente.

pd: lei tu ensayo sobre el dolor, y tambien el valle de los gritos. Ambos me encantaron. Con respecto al primero, yo definitivamente he llegado a sentir ese malestar en la garganta al ver saw o la naranja mecánica. Ese tipo de peliculas me encantan justo por eso, porque me hacen sentir.
Con respecto al segundo, pues, me veo en una situacion similar. Con un abismo entre mi misma y lo que busco. O la persona que busco. No es facil.

Saludos y beso!

RadikalGirl dijo...

Increible Italia ha sido uno de mis sueños, es que tiene tanta historia y tanta dualidad. En esa parte donde hablas de la misa de Gallo, me recuerda que los Romanos eran los mas crueles y terminaron comandando la iglesia catolica..esa es la dualidad..y bueno ni hablar de todos esos sitios donde estuviste y yo solo pienso e imagino que quiza algun día yo tambien pueda ir allá y sentarme a pensar y por supuesto tomar foticos...

p.s. respecto a lo que te dije la otra vez, lo del blogger que no me daja comentar...NO ME REFERIA A TI...sino al sistema blogger...jejeje...perdón que se interpretara de la otra forma...ahora si...espero que blogger me deje comentar..=)

saludos!!!...

Joan War dijo...

que cosa! cuanto viaje y no termino!
aqui seguimos saludos!

Joan War dijo...

que cosa! cuanto viaje y no termino!

Scarlett Freyre dijo...

Si, Italia es precioso, venezia!!, un viaje que hize con una querida amiga.

Anónimo dijo...

Yo pienso, que tu paso por el mundo ya está dejando huellas, en quienes te conocen, en quienes te leen y en otras muchas personas...

Dice por ahí un antiguo bolero: "Bajo un manto de estrellas, Roma bella aparece, serenata de amor con profunda pasión hoy te vengo a cantar... Una hermosa fontana, con mil rayos de luz, oh! guitarra romana, acompañame tú...
Suena, suena, mi guitarra, mientras lloro de emoción, Roma tiene los encantos, que inspiran mi pasón...
Roma, Roma, de mi vida, Roma, Roma, de mi amor, no me importa la distancia, si estás en mi corazón..."

Este es un viaje sin fin, porque me haces fantasear más allá de los puntos finales de cada lugar...me siento como Bastian cuando te leeo!...

Yo me quedo en Roma...!!