La transición de Alemania a Suiza es, a bordo del tren, una experiencia hermosa. Se suceden los paisajes lacustres y montañosos. Aquella mañana, la luz brillaba sobre la nieve de los Alpes y pintaba las aguas en dorado.
Lucerna es una ciudad pequeña, donde uno tiene la sensacicón de hallarse en tierra de nadie. El idioma no se corresponde con ningún otro aunque casi cualquiera habla inglés, alemán o francés. Es un código creado para los que han nacido en la ciudad. La comida es una extraña y sabrosa mezcla de cocina Suiza, Alemana e Italiana.
Caminar por sus calles medievales es hallarse fuera del tiempo. El enorme lago, vencido por los medievales puentes de madera, es un magnífico escenario para mirar el horizonte, para sentir el aire frío de la vida, para pasar la noche en vela. Ante la estatua del León, el silencio hace presa del cuerpo.
De Lucerna me quedan aún bastantes chocolates y la cuenta pendientes de que, al volver, escalaré el Pilatos -en funicular, por supuesto-; desde ahí le confiaré un nombre al viento.
5 comentarios:
Yo quiero ir...
quizás algún día...
muchas gracias por tus palabras.
espero dejar tirada esta tristeza pronto...
MUCHAS GRACIAS otra vez...
quiero chocolate.
DEBE SER INCREÍBLE PASAR POR UN LUGAR DONDE SE HA CUAJADO EL TIEMPO, DONDE A PESAR DE QUE EL MUNDO GIRA, SIGUE SIENDO UN INSTANTE CONGELADO,DONDE NO SUENAN LOS ECOS FORÁNEOS...TAL COMO UNA FOTOGRAFÍA...
...INTENSO ES EL CAMINAR DENTRO DE UNA FOTOGRAFÍA...
LO BELLO, Y TRISTEMENTE ENVIDIABLE ES QUE ESA FOTOGRAFÍA PARA TÍ, FUE TANGIBLE...
OJALÁ NO LLEGUE TARDE A LA REPARTICIÓN DE CHOCOLATES...POR SI LAS DUDAS, GUARDAME UNO...
CHoCOLATES!!!
sweet!!
Aprovecha esa oportunidad de visitar el viejo continente...
Seguramente es, como lo describes, hermoso...
Es curioso lo que dices acerca de escribir... En mi, es malo para mi salud mental y bueno para la emocional
WOW...deberias llevarme la proxima vez. y gritar mi nombre...jejeje
TE QUIERO MEXICANO.
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